Los niños, tanto si son pequeños como ya adolescentes, buscan continuamente jugar y relacionarse con personas de su misma edad. Esto no siempre es fácil encontrarlo fuera del colegio, ya que las ciudades, tal y como están diseñadas actualmente, y el ritmo de vida habitual, no propician que haya tantos encuentros como a ellos les gustaría. Es aquí donde los padres buscan nuevas formas que salgan de la rutina. Los campamentos juveniles presentan aquí la mejor opción para la vida social de nuestros hijos. Pero no solo es importante por las relaciones que crean sino por todas las ventajas psicológicas que estos suponen.
Campamentos para niños
Los campamentos para niños y adolescentes parecen estar asociados únicamente al verano. Realmente la oferta es mucho más amplia, aprovechando fines de semana, festividades o, incluso, intercambios con otros países. De esta forma, su uso va más allá de la época estival y pueden tener beneficios durante todo el año.
Tanto si son niños pequeños como ya adolescentes, los campamentos juveniles, como los que ofrecen Global Camp, ayudan a que puedan relacionarse con personas afines en edad y en intereses. Se aprenden otros idiomas, se hacen amistades o se enseñan valores, mientras todo gira en torno a la diversión.
Los padres ven como sus hijos crecen y se desarrollan, mientras ellos tienen un mayor espacio para sí mismos. Todas las partes se benefician, pero hay más ventajas psicológicas que no siempre se tienen en cuenta.
Beneficios psicológicos
Los campamentos juveniles son la opción más buscada para que los hijos se relacionen con otros niños de su misma edad en la naturaleza. Dentro de toda la oferta que hay, pueden usarse durante diferentes épocas del año, no solo hay que esperar a la llegada del verano. A ellos les benefician de forma directa en el desarrollo de su ocio y su vida social, pero hay más ventajas, las cuales pueden verse incluso en las etapas posteriores de su desarrollo.
A nivel emocional, social y educacional, existe toda una serie de ventajas que como padres nos interesa que nuestros hijos puedan disfrutar y ver. Estas son las más importantes:
Compartir
Actualmente las familias ya no son tan numerosas como lo eran antes. De hecho, hay muchos padres que solo tienen un hijo. Es por eso que, aunque se intente enseñar este valor en el colegio o en el instituto, no siempre aprenden a compartir. Crecen con la idea de que sus cosas son únicamente para ello, ni las ceden a los demás ni tampoco aprenden a pedirlas. No existe un verdadero intercambio, que va más allá de lo material. En los campamentos los niños aprenden en diferentes momentos a intercambiar las cosas con los demás o a usar el espacio entre todo. Esto se ve a la hora de la comida, en los juegos o en las habitaciones compartidas.
Habilidades sociales
Para que nuestras habilidades sociales aumenten, debemos entrenarlas y ponerlas a prueba. Lo hacemos, especialmente, con cada nueva interacción. En el día a día no siempre tenemos ocasión de ello y podemos vernos encerrados en una burbuja de comodidad. Cuando mandamos a los niños a un campamento, ven cómo son sus capacidades sociales, aprenden nuevas técnicas y potencian las que ya tienen. Explorarán así su valía, su independencia y su estima personal.
Mayor confianza
Nuestra confianza tiene dos formas de ser usada: la forma que tenemos de confiar en los demás y la forma de confiar en nosotros mismos. Están relacionadas y trabajan de forma conjunta. Cuando no confío en mí, no suelo confiar en los demás, ya que mi seguridad no se encuentra sana completamente. Esto es lo que se pone a prueba en un campamento. La unión con los demás irán demostrando que se puede confiar en los otros. También los niños aprenden a confiar en su propia valía y en sus propias capacidades. De esta manera, crecerán en confianza social y en confianza propia.
Liderazgo
Si analizamos nuestra capacidad de liderazgo, vemos que se compone de una serie de elementos. La confianza, la creatividad o la seguridad en la toma de decisiones nos ayudan. Este liderazgo no implica tener que sobresalir, sino saber mover y motivar un equipo o nuestra propia vida. Es una de las capacidades que también pueden verse fortalecidas en los campamentos juveniles. Normalmente esta herramienta se potencia directamente en el juego, la forma más rápida que tiene un niño de aprender.
Conocimiento del medio
Cuando el día a día nos lo permite, solemos hacer alguna excursión con nuestros hijos. Vamos al campo, vemos otras ciudades o nos acercamos a museos. Todo esto hace que nuestro cerebro vaya expandiéndose y obteniendo cada vez un mayor conocimiento sobre el medio que nos rodea. Pero cuando son pequeños, todo eso que hacemos fuera de casa, está más limitado. Con los campamentos juveniles tenemos la oportunidad de sacarles de la rutina y enseñarles nuevas formas que se salgan de lo que ven diariamente. Esto les ayudará en su crecimiento y hará que, por ejemplo, desarrollen ganas de viajar y ver el mundo.
Actividad física
Los niños y los adolescentes cada vez están más pegados a las pantallas. Hay un mayor índice de obesidad y de sedentarismo. La actividad física habitual no es suficiente y nuestros hijos necesitan moverse. A veces partimos del inconveniente de que no les gusta el deporte. Esto puede deberse a que no han tenido un buen contacto con él y los campamentos romperían las falsas creencias que tienen respecto al deporte. Ayudarán a que puedan disfrutar haciendo actividad física y en compañía de otros niños.
Mayores conocimientos
Lo que aprenden en el colegio o en el instituto no siempre sacia sus ganas de aprender. Pueden quedarse sin la estimulación necesaria o ver que los idiomas que aprenden no son suficientes. Esto se compensa especialmente en aquellos campamentos juveniles más destinados a áreas de conocimiento, como en los que los niños mejoran en inglés.
Actualmente existe una variedad de campamentos que puede ayudar a estimular todas las áreas de conocimiento y de actividad física de nuestros hijos. Les apuntamos para que jueguen, para que aprendan o para que hagan deporte. Sin embargo, los campamentos juveniles tienen muchas ventajas psicológicas con las que no siempre habíamos contado.
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