Una parte indispensable de lo que somos son nuestras habilidades personales. Esto forma parte del “yo”, de lo que uno es más allá de la imagen que proyecta a los demás. En muchas ocasiones, esas habilidades personales son externalizadas, visibles y valoradas por los demás. Pero, en cambio, hay otras tantas veces que no lo mostramos ni conectamos con ello. O bien nos da vergüenza exhibirlo o bien creemos que no hay nada bueno que mostrar. En cualquier caso, debemos conocer qué tipos de habilidades personales hay y cuáles son aquellas en las que nosotras destacamos. Eso haré que el potencial se descubre y se trabaje aún más.
¿Qué son las habilidades personales?
Las habilidades personales son aquellas capacidades innatas a cada persona, aquello en lo que prácticamente sin esfuerzo somos capaces de destacar. Y con destacar no se trata de ser el mejor, sino en el fluir y el disfrute, en conectar con ello de una forma orgánica y natural. No se relaciona con lo más admirado o lo que más no reconocen los demás, sino lo que nos hace disfrutar y que las horas pasen volando.
Cuando somos pequeños estamos directamente conectados a nuestras habilidades personales. El paso del tiempo, las situaciones vividas o lo que padres y profesores digan de nosotros, harán que se potencian o se atrofien. En el mejor de los casos, las habremos potenciado y serán partes indispensables de nuestra vida presente. Pero, desgraciadamente, no siempre es así.
Las habilidades personales son nuestros talentos y el esfuerzo puede ayudar a que mejoren, pero no debe ser la base. Todo aquello que implica esfuerzo y sacrificio no es siempre un talento. Puede ser algo que nos guste o deseemos tener y que logramos con dedicación.
Además, para acabar de definir qué son las habilidades personales, son aspectos que tienen que ver más con rasgos de personalidad, cognición o mundo emocional. No es lo físico ni lo material, sino lo que forma parte de lo que somos, incluso cuando no llega a materializarse.
¿Nos afecta el ambiente a nuestros talentos?
Cada persona se desarrolla en un ambiente particular que influye en su desarrollo desde el mismo momento de su nacimiento. Las figuras que más condicionan nuestra vida son nuestros padres, pero también hermanos, profesores, otros familiares y nuestros amigos. Esto es crucial sobre todo en los primeros años. De la relación con los demás, dependerá gran parte de mi desarrollo. Y eso abarca también cuáles son mis habilidades personales, cuánto las conozco o cómo las uso.
En algunos casos, nuestro entorno nos propicia la conexión con esas habilidades, nos ayuda a potenciarlas o aplicarlas a diferentes áreas de nuestra vida. Aunque no siempre es así. Podemos contar con habilidades personales que no gustan a nuestros padres, que nuestros profesores nos censuran o que no son las mismas que las de nuestras amigas. Entonces tendré a desconectarlas y adquiriré otras que asumiré como mías pero que no me llenarán.
Las habilidades personales deseadas
El entorno va a marcar a nivel social una serie de habilidades personales que serán las deseables y admirables. Dependerá de la época y de la tendencia de nuestra sociedad. Dos generaciones atrás esas habilidades podían ser muy diferentes a las que se espera actualmente. Eso es deseable en ambientes educativos, laborales o sociales. Y nos condicionan a creer que hay un ser humano ideal que reúne todas esas condiciones perfectas que nosotros nunca tenemos. En lugar de apoyarnos en la teoría de las habilidades personales, meteríamos la comparación y el deseo del otro. Pasamos de la admiración personal a la comparación social, donde siempre quedamos por debajo y creemos que no somos suficientes.
¿Qué tipos de habilidades personales existen?
Cuando hablamos de habilidades personales siempre las definimos como aquellos talentos inherentes a nosotros, innatos y naturales. Aunque en la práctica veremos que ciertas habilidades son una evolución de eso mismo.
Dentro de las habilidades personales podemos encontrar:
Habilidades blandas (Soft Skills)
Son aquellos rasgos y competencias más directamente unidos a nuestra personalidad. Nos ayudan a interactuar con los demás y con nosotros mismos, comunicarnos, empatizar o vincularnos. Pero también llevan al autocontrol, al saber hacernos respetar o al mostrarnos.
Estas habilidades como tal no pueden aparecer de la nada. Se tiene ya una tendencia a ellas y van creciendo a medida que las entrenamos. Si nuestras habilidades personales están en este campo, podremos alcanzar niveles muy óptimos de ellas. El resto de personas, solo con esfuerzo podrán llegar a manejarse con ellas sin destacar.
Habilidades duras (Hard Skills)
Desde el entorno laboral, se definen estas habilidades como aprendidas, en base a conocimientos adquiridos. Sin embargo, en el plano de las habilidades personales, hay una mayor facilidad a alcanzar, por ejemplo, esas titulaciones porque están dentro de nuestros talentos. Puedo tener la ‘hard skill’ de saber programar un ordenador porque se me da bien el pensamiento lineal y sistemático que implica esa formación.
Por tanto, estas habilidades, aunque son adquiridas, se apoyan en lo que nosotros somos y en lo que se nos da bien. De hecho, ocurre como con las habilidades blandas que, aunque me esfuerce y me esfuerce, sino es uno de mis talentos solo lograré cierto dominio.
Habilidades transformadoras
Este tipo de habilidad personal tiene que ver con la base de lo que soy de forma natural más mi capacidad para conectarlo con lo que hago y con lo que tengo. Esas habilidades son más difíciles de alcanzar y, a menudo, solo se logran con tiempo y un trabajo de conexión con ellas. Por ejemplo, puedo tener la habilidad de la creatividad, que incluso sería una ‘sof skill’, pero cuando lo llevo a mi vida, cuando es parte de mi trabajo y eje central de mis relaciones, se convierte en una habilidad transformadora. Suma de forma exponencial a lo que yo soy cada día.
¿Cuáles son tus habilidades?
Para saber qué tipo de habilidades son las que van contigo, define antes quién eres y que se te da bien. Si tus talentos giran en torno a habilidades estudiadas y títulos, tu fuerte serán las ‘hard skills’. Si, por el contrario, es tu personalidad lo que más te hace destacar, lo serán las ‘soft skills’. Pero, si has logrado una combinación de los dos grupos y estás totalmente alineado con lo que eres, lo que proyectas y lo que haces, estarás en el plano de las habilidades transformadoras.
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