Al preguntarnos qué es la envidia tenemos que partir de la premisa de que nuestras emociones no siempre nos están ayudando. Este sentimiento surge de una disfunción, del sentir algo negativo cuando una persona tiene, es o está viviendo un momento bueno. En lugar de orientarnos hacia lo constructivo a nivel personal o relacional, nos aleja y nos genera un estado de malestar que puede durar un tiempo variable. Sin embargo, es una de las emociones que todas las personas pueden sentir, por es debemos saber cómo gestionar la envidia.
¿Qué es la envidia?
La envidia es una emoción que nos genera malestar, relacionada con la rabia y la frustración. Aparece en situaciones donde presenciamos que alguien tiene algo bueno, le ha ocurrido algo positivo o un posee un rasgo de personalidad característico. Eso hace deseemos tenerlo y, al no poder, sintamos envidia. Y ver que es la envidia lo que estamos sintiendo no nos alivia, sino que nos genera un mayor malestar.
La emoción surge por comparación social, al medir lo que el otro tiene o es en función de lo que yo tengo o soy, fijándome en un rasgo muy concreto. Por tanto, nos comparamos y medimos de una forma muy sesgada y, de esta forma, muy alejados de la realidad global.
Además, reconocer que es la envidia lo que sentimos, como decíamos, no ayuda. Si ya nos estamos midiendo desde la carencia, embargar esos deseos nos hace sentir aún peores.
¿Qué es la envidia en comparación con los celos?
Al saber qué es la envidia, tenemos también que poder diferenciarla de los celos. Esto hace que podamos saber cómo gestionar la envidia mejor.
La envidia parte de la comparación, de que tú tienes algo que yo también querría tener. Los celos, sin embargo, dan un paso más allá; eso que tú tienes quiero que dejes de tenerlo, quiero tenerlo solo yo. Pero, además, los celos incluso llegan a preferir que ninguno de los dos lo tengamos antes de que solo lo tengas tú. Ese paso más allá marca sustancialmente la diferencia y nos ayuda a comprender mejor qué es la envidia.
¿Son, entonces, los celos peores que la envidia? Son emociones diferentes con distintos orígenes. A nivel práctico generan malestar y consecuencias negativas en las personas que lo viven, y ambas pueden acabar dañando a los demás.
El origen
Para saber qué es la envidia tenemos que entender de dónde viene. A través de la emoción de la valoración personal, el orgullo, podemos reconocer y admirar aquello que somos. Esto nos permite ver fortalezas, habilidades o logros. Cuando nos desconectamos de esta emoción, empiezan sus disfunciones: sentimos otras emociones en lugar de sentir orgullo o admiración por nosotros y/o por los demás.
La envidia aparece cuando siento rabia en lugar de orgullo por otra persona. Estoy en el trabajo y reconocen el trabajo de una compañera. En lugar de sentir admiración por su valía, siento rabia: envidia. Esta disfunción ya es un malestar en sí misma, pero parte de otro malestar, el no admirarnos de verdad a nosotros mismos y genera el aumento de ese mismo malestar. La envidia retroalimenta la desconexión del orgullo y de la valoración personal.
¿Cómo gestionar la envidia?
El primero paso para nuestro bienestar es saber qué es la envidia, que parte de la disfunción de nuestra valoración personal. Eso nos ayudará a saber que algo a nivel interno no está en equilibrio y que debe ser sanado. Nos ayuda a ir más allá, a que podamos preocuparnos por cómo gestionar la envidia, trabajar sobre la valoración personal a nivel personal y en nuestras relaciones. Esto nos puede conducir a una mayor plenitud en nuestras vidas.
Aprender a gestionar la envidia
Saber cómo gestionar la envidia requiere de unos pasos, de tiempo y dedicación, pero sobre todo de tener el valor de reconocernos en esa emoción. No siempre es fácil, pero sí liberador, ya que implicará un cambio de visión sobre nosotras mismas y nuestras relaciones.
- Lo que acepto, lo libero
Con nuestras emociones ocurre algo paradójico: cuanto más quiero que se vayan, más aumentan. Sin embargo, cuando las acepto, cuando las permito estar, su intensidad disminuye, llegando incluso a desaparecer sin que hagamos nada. Esto también es aplicable si quiero saber cómo gestionar la envidia.
Tenemos que entender que nuestro cerebro está diseñado para poder sentir todas las emociones que existen, con mayor o menos frecuencia según cada historia de vida. Sin embargo, nos negamos a algunas de ellas, como si nos hicieran peores personas. La envidia es una emoción natural que, aunque nos genere malestar, no podemos rechazar ni reprimir, solo gestionar.
- Te observo y me observo
Una vez que he reconocido que siento envidia, debo observar qué punto exacto me la despierta. Si mi pareja sale a un concierto con amigos y me genera envidia, ¿qué es exactamente lo que me hace sentir mal? ¿Envidio el tiempo libre que tiene, el grupo de amigos o que yo no tengo grupos favoritos de música? Sabiendo qué exactamente me hace sentir envidia, podré ver si hay carencia en mí.
En algunas ocasiones, la envidia parte de una carencia real y en otras, esa carencia es solo una falta de observación y valoración por nuestra parte, algo que debe ser reconocido y admirado.
- Si hay carencia, reparo
En el ejemplo anterior, pongamos que lo que me ocurre es que no tengo tiempo libre y envidio eso en mi pareja. ¿Cómo puedo reparar eso en mi vida? Aplicar determinadas soluciones poniendo el foco directamente en mí me llevará al desarrollo real de la situación.
- Si no hay carencia, ¿qué me ocurre?
Siguiendo con el mismo ejemplo, no he visto que realmente haya nada que yo no tenga, sino que falsamente considero que valora más a sus amigos que a mí, y me doy cuenta de que eso es falso. ¿Me admiro, valoro y ten en cuenta yo misma? Tal vez no. Vuelvo a poner el foco en mí, en saber cómo puedo convertirme en mi prioridad y llevar al día a día esa máxima.
[ratings]