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Miedo al rechazo: ¿puede superarse?

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Durante diferentes momentos de nuestro día a día vamos enfrentándonos a situaciones que ponen a prueba el sentirnos aceptados o el miedo al rechazo. Esto está condicionado por dos áreas implicadas en la autoestima, como son el autoconcepto y la valoración personal. No solo es que alguien quiera integrarnos en un grupo, sino que, al tener un acercamiento, nos permita hablar o nos hagan sentir dignos de ser escuchados.

¿Qué es el miedo al rechazo?

Cómo vemos el mundo y cómo nos comportamos ante él está determinado por las creencias que hemos interiorizado a lo largo de nuestra vida. Estas creencias nos hablan de lo que somos, lo que merecemos o de cómo son los demás. Aunque no siempre tienen una verdadera validez o se apoyan en pruebas reales, como ocurre con el miedo al rechazo. Se caracteriza por ser irracional con la idea de que no vamos a ser aceptados, queridos, atendidos o escuchados. Nos condiciona en múltiples áreas de nuestra vida, aunque siempre en unas más que otras. Puedo tener ese miedo con personas que me atraen físicamente pero no en mi entorno de trabajo, por ejemplo.

Como toda creencia, genera en la persona una serie de comportamientos ligados a ella. El miedo al rechazo hace que nos convirtamos en personas dependientes de la aprobación externa, censurando nuestras opiniones y colocándonos más caras para caer bien. Ocultamos muchas de nuestras cualidades y actuamos en base a lo que creemos que los demás aceptarán. Sin embargo, esta forma de adaptarnos, en lugar de hacer que el miedo disminuya, va aumentando, y se acaba sumando también al temor de que descubran que estamos fingiendo.

El miedo al rechazo nos lleva a ser quienes no somos, limitando las relaciones con los demás, haciendo que no nos sintamos ni queridos ni valorados.

Signos del temor

Todos en algún momento de nuestra vida o ante situaciones concretas hemos sentido el miedo al rechazo. Como cualquier miedo, aparece por la búsqueda de seguridad o por detectar amenazas a las que debemos hacer frente. Es algo puntual y pasajero que no tiene porqué ser significativo, ya que no condicionaría el bienestar en nuestra vida. Sin embargo, cuando se arraiga en nuestras creencias y define nuestro autoconcepto, vemos que empieza a abarcar todas nuestras relaciones y nuestra forma de actuar. En lugar de aparecer de vez en cuando, ocurre casi a diario, y vemos que no somos capaces de hacer las cosas que nos apetecerían.

No solo es importante fijarse en la cantidad de veces que ocurre ni en cuántas áreas están afectadas. Hay otra serie de síntomas característicos del miedo al rechazo:

  • La inseguridad es una constante en la vida de la persona.
  • Su preocupación social es caer bien a todo el mundo y agradar.
  • No hay autenticidad en las relaciones y no expresan ni necesidades ni opiniones.
  • Los encuentros con otras personas generan sensación de estrés, tristeza y/o ansiedad.
  • Evitan las situaciones donde el miedo al rechazo es mayor y se convierten en expertos en hacerlo.
  • No comparten sus emociones o sus pensamientos, por lo que acaban sintiendo que a las relaciones les falta profundidad.
  • Desconocen quiénes son realmente y tienen miedo de descubrirlo.
  • El miedo crea, a menudo, capas de falsa seguridad que pueden ser rígidas o cortantes.
El origen del miedo

Nuestra forma de ser y de comportarnos ante el mundo está inmensamente condicionada por las experiencias vividas a lo largo de nuestra vida, la cultura en la que nos desenvolvemos o la educación y el afecto que recibimos. Van generando patrones mentales, emocionales y de comportamiento que nos condicionan diariamente, a la hora de tomar decisiones, relacionarnos con los demás o ser capaces de llevar a cabo las tareas laborales. Cualquier tipo de problema que tengamos puede tener etapas anteriores que lo hayan generado o, al menos, predisponernos para ello. Esto también ocurre con el miedo al rechazo.

Aunque no hay un origen claro y rotundo para nada de lo que nos pasa, sí hay ciertas situaciones susceptibles de generarlo. Respecto al miedo al rechazo, podemos identificar los siguientes puntos que pueden estar implicados en su origen:

  • Vivir experiencias continuadas donde se siente que es una persona de segunda.
  • Aislamiento en determinadas etapas de la infancia o la adolescencia, por negligencia o por haber padecido alguna enfermedad.
  • Experiencias de acoso escolar o maltrato.
  • Falta de aceptación familiar, directa o indirectamente.
  • Conceptos rígidos de qué es lo aceptable y qué no lo es a nivel social, condicionado por la educación y/o las experiencias.
  • Falta de referentes sólidos.
  • Tener un rasgo que les hace sentir que no son válidos o dignos de aprecio por parte de los demás, como el color de la piel, la condición sexual o diferencias corporales fuera de lo deseado socialmente.
¿Puede superarse?

Cuando algo nos ocurre en una determinada área de nuestra vida, existen dos puntos importantes que conocer de cara a solucionarlo. Por un lado, en qué formas aparece este problema y, por otro lado, cuál es el origen. En cuanto al miedo al rechazo, por tanto, deberíamos saber cómo se manifiesta (si lo hace con personas que nos gustan, con amigos, con determinados trabajos) y de dónde viene esto. De esta forma, tendríamos puntos concretos donde enfocarnos y generar herramientas específicas de superación. Aunque los pensamientos que hay detrás también tendrían que analizarse y trabajarse.

Como el miedo al rechazo implica un daño en el autoconcepto y en el merecimiento de amor o atención, también deben trabajarse esas dos áreas, las cuales son parte importante de la autoestima. Conocer quiénes somos, lo bueno que nos aportamos a nosotros mismos y a los demás, nuestros verdaderos valores y fortalezas, así como las necesidades que tenemos. Y que, por todo eso, somos dignos de recibir muchas cosas en nuestra vida, sin máscaras ni pretensiones. Tenemos valor por lo que somos y eso no implica que todo el mundo nos acepte, pero las personas que lo hagan lo harán por lo que ven en nosotros.

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Ángel Rull

Ángel Rull

Ángel es Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un Máster en Investigación Psicológica Aplicada a las Ciencias de la Salud. Es especialista en manejo emocional, Psicología Positiva y Psicología de la Obesidad. Escribe para medios nacionales como El Periódico sobre Psicología para concienciar sobre la salud mental.

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15 comentarios en «Miedo al rechazo: ¿puede superarse?»

  1. hoy entiendo que tengo miedo al rechazo, encontré definiciones donde encajó con lo que dices… ojalá pueda encontrar algo para que esto desaparezca en mi, o pueda manejarlo

    1. Hola Ana Luisa.
      Gracias por dejarnos tu comentario.
      Me alegro de que hayas identificado este miedo, es el primer paso para poder manejarlo.
      ¿De dónde crees que puede provenir este miedo? ¿Cuándo y cómo surgió?
      Un abrazo.

  2. Hola, hoy analice varias cosas d mi forma de actuar y pensar en automático en varias circunstancias de mi vida, me di cuenta que siempre actuó para caerle bien a los demás, y que si no me quieren, me afecta horriblemente y me siento literalmente como si fuese una mierd*, creo haber encontrado el origen, viene de mi infancia, de diferentes momentos en los que en varias partes me sentía como el que sobraba o no pertenecía a ese círculo….bla verdad es que no sé cómo arreglarlo o como superarlo

    1. Hola Felipe.
      Gracias por tu comentario.
      Veo que has identificado esa necesidad de caer bien siempre y de gusta a los demás. Normalmente esta relacionado con un miedo al rechazo o al abandono, como comentas que experimentaste en tu infancia. Te felicito por haberlo identificado, es el primer paso para poder cambiar el malestar que te genera.
      ¿Has pensado en acudir a terapia?
      Un saludo.

  3. Claramente es lo que me pasa. Del listado de causas no me falta ninguna. Movido por una baja autoestima desarrollé una relación de 20 años basada en mi adaptación reactiva, dependencia emocional, aislamiento. Tuve 4 hermosos pequeños y me recibí de medico. Incluso escalé jerárquicamente en una gran institución. Si bien cargaba crónicamente con una angustia inespecífica, luego de los 40 años esto se magnificó por lo cual encaré un camino de autoconocimiento. Decidí poner fin a mi relación y exponerme a lo desconocido. Con altibajos fuí logrando avances aunque actualmente estoy en un bajón. Principalmente se manifiesta por inseguridad y no saber bien quién soy. Bueno, no escribo esto buscando soluciones sino compartir mi experiencia que quizás les sea útil. Gracias. Saludos.

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