Psicología nutricional en Madrid
- ¿Te gustaría mejorar tu alimentación y tus hábitos nutricionales?
- ¿Quieres encontrarte mejor con tu cuerpo y con tu aspecto físico?
- ¿Has intentado cambiar con anterioridad pero no lo has conseguido?
Has llegado al lugar indicado, podemos ayudarte.
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Nuestras Terapias Psicológicas
¿Qué es la terapia nutricional?
La terapia nutricional se encarga de aquellas problemáticas de origen psicológico que influyen en la alimentación. Desde la importancia de la nutrición durante el embarazo o la lactancia, a las distintas etapas evolutivas del niño, adolescente y adulto. Se ocupa, pues, de la prevención, promoción y tratamiento de alteraciones nutricionales.
Esta especialidad psicológica trata tanto los hábitos alimentarios como los factores psicológicos relacionados (ansiedad, trastornos del estado de ánimo o de la conducta alimentaria), en la medida en que dan lugar a la “alimentación emocional”, aquellas conductas alimentarias influidas por la emoción. No se encarga, por lo tanto, únicamente de trastornos relacionados con la alimentación, sino de aquellos síntomas que se relacionan con ella: comer compulsivamente, ansiedad por la comida… y busca mejorar la relación de la persona con la comida y con el propio cuerpo.
No nos resulta ajeno que la sociedad influye en nuestra forma de concebir la comida y el propio cuerpo a través de los cánones de belleza, lo que puede afectar a la autoestima y a la ingesta alimentaria.
Un psicólogo no es un dietista (al menos a priori), por ello, el trabajo debe realizarse desde las dos áreas: psicológica y nutricional. El trabajo del psicólogo es intervenir sobre aquellos aspectos psicológicos que afectan a los hábitos nutricionales, a la concepción de la imagen y la relación que se establece con la comida.
«La mayoría de la gente no tiene un problema con su dieta. Su problema es ser consistente con su dieta.»
K. Sessions
¿Cuándo puedo necesitar ayuda psicológica?
Cuando detectemos que nuestra relación con la comida está relacionada con factores emocionales o psicológicos, o queramos mejorar nuestra relación con ella. Es importante aclarar que un psicólogo nutricional trabaja este vínculo, pero, como se ha dicho, no es un nutricionista per se.
Con frecuencia, esta relación poco sana con la comida influye en nuestra vida, ya sea por exceso de control en la ingesta, como por un descontrol que nos genera malestar. La ansiedad, las situaciones emocionales intensas pueden afectar a la forma en la que nos relacionamos con la comida. La gestión emocional está ligada a la forma en la que comemos, del mismo modo en que lo está la autoestima. Y viceversa. Saltarse ciertas comidas o darse atracones… También las habilidades de resolución de conflictos pueden relacionarse con este tipo de conductas.
- Cuando mi imagen corporal me genera un malestar significativo.
- Cuando mi relación con la comida está mediada por la emoción.
- Cuando siento descontrol en mi relación con la comida.
- Cuando la presión social afecta a mi modo de comer, y genera malestar.
- Cuando mis hábitos alimentarios son inadecuados y tengo dificultad para cambiarlos.
- Cuando he intentado cambiar mis hábitos sin éxito.
- Cuando padezco un Trastorno de la Conducta Alimentaria.
Tener dificultades en nuestra relación con la comida no tienen que significar, necesariamente, requerir ayuda psicológica (aunque sea recomendable), sin embargo, es importante solicitar ayuda profesional cuando esta relación genera malestar en la vida o pone en riesgo nuestra salud. Es por esto que en los casos de TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria) es NECESARIA esta ayuda especializada, tanto psicológica como médica.
En qué te puede ayudar un psicólogo
Un psicólogo puede ayudar a identificar y tratar aquellos aspectos psicológicos relacionados con los hábitos alimentarios poco saludables por defecto, por exceso o por la calidad de la alimentación en sí. Respetar una dieta sana puede ser un ejercicio difícil cuando el factor psicológico se deja a un lado. Intervenir sobre aquellas áreas que influyen en nuestros hábitos, es una gran baza para mejorar las rutinas de bienestar.
En este sentido, un psicólogo puede ayudar en ciertos aspectos como:
- Autoconcepto, autoestima. La autoimagen está directamente relacionada con estos conceptos. Tener una autoestima baja condiciona la forma en que nos vemos y nos tratamos.
- Gestión emocional y su relación con la comida. Momentos de intensidad emocional pueden afectar a la forma en la que comemos, por defecto o por exceso. Tener habilidades de gestión puede ayudarnos a reconocer nuestro estado emocional y actuar en consecuencia.
- Mejorar los hábitos alimentarios. Cambiar los hábitos establecidos a lo largo de meses o años es una tarea ardua, un apoyo externo puede facilitarla.
- Abordar distorsiones relacionadas con la alimentación y la imagen.
- Identificar los factores que están influyendo en tu conducta alimentaria, como estados emocionales, estrés, ideas preconcebidas…
- Intervención en Trastornos de la Conducta Alimentaria. Los trastornos de la conducta alimentaria son un caso especial. En caso de que exista un problema de este tipo es imprescindible acudir a un especialista.
- Ajustar las expectativas a objetivos realistas. Establecer objetivos alcanzables es fundamental para un buen desarrollo de hábitos saludables. Sentirnos capaces y ver una evolución, ayuda a mantener los cambios que se van realizando.
- Trabajar la satisfacción con la imagen corporal. Tener una relación sana con la imagen es fundamental para abordar la alimentación desde la perspectiva de la salud.
- Trabajar la motivación para llevar una vida saludable. La desmotivación, ya sea por la falta de resultados o por un sentimiento de incapacidad ante los cambios conductuales, es uno de los principales factores que influyen en el abandono de las dietas.
- Intervención sobre el estrés y el estado de ánimo.
- Adherencia a la dieta.
- Estrategias de afrontamiento. Saber reconocer y afrontar los problemas nos aleja del uso de la comida como forma de evadir la realidad.
- Desmontar mitos nutricionales. Las ideas preconcebidas sobre la alimentación afectan al modo en que comemos. Tener una información veraz es fundamental para llevar a cabo una dieta equilibrada.
- Identificar habilidades y obstáculos para el cumplimiento de hábitos saludables. Conocer nuestras dificultades es tan importante como conocer aquellas habilidades en las que podemos apoyarnos para mejorar nuestro estado de salud.
Las áreas mencionadas no son exclusivas de la psicología de la nutrición, sin embargo, tratarlas puede tener un beneficio importante en la alimentación. Tener una relación sana con nosotros ayuda a que los objetivos marcados se puedan cumplir., Especialmente, los relacionados con el estado físico, tanto en lo que tiene que ver con el ejercicio como con la alimentación.
Qué servicios ofrecemos de psicología nutricional
En Somos Psicología y Formación contamos con psicólogos especialistas en nutrición, profesionales formados con experiencia en alimentación y en Trastornos de la Conducta alimentaria.
Estos profesionales pueden aportar un apoyo fundamental en el proceso de cambio de dieta y hábitos, así como en problemáticas relacionadas:
Trabajo sobre el autoconcepto y la autoestima
Como se ha mencionado, el autoconcepto influye de forma directa en la relación con el propio cuerpo y la salud. Esto no tiene solo que ver con la imagen física o con la posibilidad de cambio de la misma, sino con el modo en que nos tratamos y cuidamos en las distintas áreas de nuestra vida. Cuando partimos de una autoestima baja, los cuidados tienden a disminuir y , por lo tanto, los hábitos saludables con ellos.
Gestión emocional
En Somos Psicología y Formación contamos con especialistas en gestión emocional. Tener habilidades para reconocer y manejar las emociones es fundamental para tener control sobre nuestra conducta alimentaria. Ante una mala gestión, resulta fácil usar la comida como modo de acallar el estrés (con alimentos hipercalóricos, atracones…) o de sentir control (con conductas restrictivas). Es por esto que tener recursos para identificar los estresores a los que nos enfrentamos y las emociones que nos producen, se convierte en un trabajo fundamental en este sentido. Tener, además, alternativas para trabajar sobre ellos, va a favorecer la sensación de control sobre el propio comportamiento.
Adherencia a hábitos saludables
La adherencia es uno de las principales dificultades que aparecen cuando empezamos una dieta (o ejercicio). Encontrar la motivación para mantener el cambio puede ser difícil, pero mantenerlo es la pieza fundamental. Encontrar asideros en el camino puede ser de gran ayuda. Plantear objetivos progresivos, tener feedback y tratar aquellas áreas de la vida que afectan al cambio de hábitos, nos ayudará a mantener los nuevos hábitos. Para ello es necesario hacer un estudio de las circunstancias que están afectando a nuestra conducta, de nuestros puntos fuertes y débiles y trabajar sobre ellos en favor del cambio. Este es un trabajo en el que un profesional de la psicología puede ser de gran ayuda.
Trabajo sobre mitos y sesgos cognitivos
Las ideas preconcebidas sobre la alimentación, el cuerpo y la propia valía influyen sobremanera en el tipo de alimento que ingerimos y en el modo de hacerlo. Entender que el modo que tenemos de interpretar nuestra propia realidad puede estar errado por defecto, requiere un trabajo profundo sobre el propio modo de pensar. Este es un trabajo eminentemente psicológico: comprender el modo en que entendemos el mundo y qué hay de herencia o de aprendizaje fallido en ello. Algunos de estos pensamientos pueden relacionar la valía personal o el respeto de los demás con la imagen. Desmontar estos pensamientos es fundamental no solo para poder generar cambio en la conducta alimentaria, sino para poder lograr un bienestar psicológico.
Establecimiento de objetivos
A nadie se le ocurre hacer una maratón sin tener hábito deportivo. El abandono estaría asegurado y esto en el mejor de los casos. Algo parecido ocurre cuando nos ponemos objetivos muy alejados de la realidad. Establecer objetivos asequibles es parte de la clave del éxito. La motivación inicial puede hacer que nos marquemos metas muy exigentes para las que no tenemos recursos. Una ayuda externa puede favorecer el establecimiento realista de objetivos fundamental para el éxito en el cambio de hábitos. La ayuda de psicólogos especializados puede ser de gran peso en este sentido.
Tratamiento de Trastornos de la Conducta Alimentaria
Este es un caso especial en el que la ayuda médica y psicológica es fundamental e irrenunciable. Los especialistas en TCA son profesionales imprescindibles en el tratamiento de estos trastornos. En este caso, si bien está presente todo lo anterior, el problema es complejo y urgente. Los TCA pueden poner en riesgo la integridad física y la salud puede verse duramente resentida. Es importante que estos casos sean tratados por especialistas debidamente formados y en equipo multidisciplinar, es decir, en colaboración con médicos especialistas.
Dudas frecuentes sobre la psicología nutricional
¿Cuál es el objetivo de la psicología nutricional?
Los objetivos de la terapia variarán en función de la demanda, pero siempre tendrán en cuenta generar una relación sana con el propio cuerpo y con los hábitos saludables.
¿En qué consiste?
En una intervención semanal (al menos al inicio) en la que se aplican técnicas concretas para tratar aquellos factores que están afectando al modo en que nos alimentamos.
¿Cuándo acudir a una terapia de psicología nutricional?
Cuando la relación con la comida y/o con el propio cuerpo se convierta en algo problemático que afecte a mi saludo o a mi bienestar o en aquellos casos en los que se ha intentado cambiar el hábito de alimentación sin éxito.
¿Cuánto dura?
¿Cuánto cuesta?
En Somos Psicología y Formación ofrecemos una tarifa fija en la terapia infantil, de 60 € por sesión.
Horario de atención
Todos nuestros centros están abiertos de lunes a viernes, de 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 22:00
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